martes, 25 de mayo de 2010

lA SOBERANIA DEL PUEBLO DURANTE LA EPOCA DE LA INDEPENCIA 181O-1815

El año de 1808 marcó en el conjunto de la Monarquía española una profunda
renovación de los principios de la soberanía del pueblo y de la representación política,
que anunciaron vientos de modernidad y serán los pilares de la historia que escribimos
a continuación. En 1810 las provincias de la Nueva Granada reasumieron la soberanía
y constituyeron gobiernos provisionales. A partir de 1811 estas provincias se
erigieron en Estados y declararon su independencia de España. Desde el principio
de la crisis se presentó un problema: la imposibilidad de constituir un gobierno
legítimo para el conjunto del reino. Quienes asumieron la soberanía en un primer
momento fueron las ciudades capitales en nombre de sus provincias, pero luego,
las ciudades secundarias se declararon a su vez “pueblos soberanos”, reclamando
para sí el derecho a la soberanía. Esta ‘multiplicación’ territorial de la soberanía
trajo como consecuencia la imposibilidad de constituir un gobierno general, lo cual
desembocó en el desmembramiento del reino y finalmente en la guerra civil,
fenómeno que perdurara hasta la llegada de Pablo Morillo y la Reconquista.
En la primera parte de este trabajo seguimos los debates que sostuvieron Santafé,
Cartagena y Mompox durante el año de ruptura, 1810, para intentar comprender el
proceso de reapropiación de la soberanía por parte de las diferentes comunidades
políticas del reino. Cartagena fue la primera ciudad que le negó a Santafé el título de
capital y la primera que intentó crear un nuevo “centro de reunión” para el reino. La
Villa de Mompox procuró separarse de la Provincia de Cartagena, a la cual pertenecía,
e intentó a su vez convertirse en Provincia. En una segunda parte articulamos dos
fenómenos: por un lado la multiplicación de la soberanía, y por otro, el intento de
las provincias por representar al reino, para comprender cómo se construyó la
legitimidad política entre los años 1811 y 1815. Utilizamos como fuentes los diarios
oficiales, las publicaciones privadas, los periódicos, las hojas que circulaban, las
comunicaciones oficiales, los discursos publicados y los debates constitucionales
del Colegio Electoral y Constituyente de Cundinamarca de 1811.

En el año de 1810 los habitantes de la América española creían que la Península
estaba perdida, por lo tanto, buscaban conservar los derechos de Fernando VII del
enemigo exterior -los invasores franceses-, y en el intervalo reasumía la soberanía el
“pueblo”. Esta soberanía en un principio era transitoria, pues se esperaba que el rey
regresara. En el Nuevo Reino de Granada ese año principió con la formación de
Juntas de Gobierno Provinciales y terminó con el primer intento para reunir un
Congreso del Nuevo Reino. A partir del concepto de la “soberanía del pueblo” se
construyó entonces la nueva legitimidad política. ¿Pero cuál era ese pueblo declarado
soberano?

Cartagena fue la primera ciudad de la Nueva Granada que constituyó una Junta de
Gobierno. De acuerdo con el Acta del cabildo con fecha del 22 de mayo, ese día en
la Plaza Mayor de la ciudad se encontraba el “pueblo reunido”. El cabildo, en su
nombre, y con la aprobación de Don Antonio Villavicencio, comisario enviado por
el Consejo de Regencia, instauró una Junta Autónoma de Gobierno, conformada
por el Gobernador Montes y dos miembros del cabildo1 . Más tarde, el 14 de junio

y consignado en el acta como respuesta a las demandas del “pueblo”, el cabildo
depuso al Gobernador y en su lugar nombró como presidente de la Junta al teniente
del Rey, Blas de Soria.
A su turno, Cali (el 3 de julio), Pamplona (el 4 de julio), Socorro (el 10 de julio),
Santa Marta (el 10 de agosto), Santafé (el 20 de julio), Antioquia (el 31 de agosto),
Quibdó (el 16 de septiembre), Neiva (el 22 de septiembre) y Nóvita (el 27 de
septiembre), conformaron sus propias Juntas de gobierno2 (ver Mapa). Al igual que
en Cartagena, el “pueblo reunido en la Plaza” central transmitió el poder a los
cabildos y a representantes que nombró por vía de la aclamación en ese mismo
momento. En seguida, los cabildos y los representantes constituyeron Juntas de
Gobierno Provisionales. Eran provisionales porque, como dicen las proclamas de
las mismas Juntas, se creía que la Península estaba perdida y por lo tanto buscaban
conservar los derechos de Fernando VII durante su ausencia temporal.

1810....

La primera república es una época poco conocida por los colombianos, por ello, este esfuerzo por darle a conocer, lo más didácticamente posible, todos los hechos destacables que ocurrieron en esos escasos seis años de nuestra historia, complementado con mis publicaciones anteriores: "José María Carbonell, biografía", publicado por Planeta Editores en 1997, "Centralismo y Federalismo 1810-1816", publicado por El Ancora Editores en coedición con el Banco de la República en 1999, Breve Historia de la Primera República registrada en la página internet de la Biblioteca Luis Angel Arango en 1998 y dos escritos inéditos: "Las Sociedades Económicas de Amigos del País" y la "Insurgencia Colonial Americana".
No encuentro otra explicación al desconocimiento de esta época, que el afán de nuestros historiadores para, una vez caído el Virrey Amar, salir a la carrera en busca de Simón Bolívar, saltando en una larga garrocha los más o menos seis años de un período muy rico en hechos y en donde por única vez la mayor parte de nuestra dirigencia pagó con su vida el atrevimiento de luchar por conformar una nueva nación, derrumbando el orden establecido durante tres siglos, tres lustros y tres años de opresión extranjera.
No se puede ser exhaustivo en el análisis de cada fecha porque nos saldríamos del propósito de este escrito. Se está dejando una buena base para aquellos que desconocen la historia, aprendan de ella y los expertos puedan encontrar una guía que les permita profundizar, a partir de aquí, en tan rica gama de sucesos. De pronto pueden originarse una serie de libros sobre las batallas celebradas en todo el país, biografías de los principales personajes, la economía del recién liberado reino y una historia detallada de la primera república, en fin, unos cuantos estudios que enriquecerán nuestra bibliografía y ampliarán el conocimiento de todos acerca de tan magno período.
No es frecuente ver un análisis de una época histórica precisado en fechas como lo estamos haciendo en este escrito, pero es que con frecuencia a la historia le falta rigor. Pudiera decirse que la fecha exacta no es tan importante como el hecho en sí pero tampoco es desdeñable, y quizás sea una buena excusa para contar en "pildoritas" todo lo que aconteció en estos seis años. Efemérides se han presentado muchísimas, pero no conozco una tan concentrada en el tiempo y que precise tanto en los detalles de cada suceso, sin ser una concepción plana de la historia, porque de todas maneras la opinión del autor queda allí consignada, obviamente no siendo imparcial, porque nadie lo es y en este tema la opinión de quien escribe quedó expresada.
Analizados los acontecimientos de este corto lapso de tiempo, veremos que allí nacieron muchísimos de los usos y costumbres de la vida colombiana; En ellos está el germen de la civilidad que nos alejó de una manera singular de los golpes de Estado; La división partidista basada en el odio al contrario, que prefiere dividir a perder con dignidad; La federalización política, los "caciques" y los manzanillos; El endeudamiento externo y las devaluaciones; Los abusos de los dirigentes privados metidos a estadistas; La violación de los derechos humanos; El antimilitarismo y el anticlericalismo, la lucha contra las manos muertas; El ánimo legislador y la profusión de códigos; La guerra irregular llamada guerra de guerrillas; El abandono de nuestras fronteras; La carrera armamentista; La libertad de imprenta y la profusión de medios de comunicación; Los oradores brillantes y los escritores amenos y profundos; En fin, todo lo bueno y lo malo de la vida social, política y económica de los hoy colombianos y ayer granadinos, ya se comenzaba a vislumbrar cuando apenas despuntaba en el horizonte la libertad y la independencia que nos ha dado un lugar bastante singular por cierto en el concierto de las naciones.
Léase con despacio cada fecha y cada cual podrá sacar sus propias conclusiones sobre el desarrollo de nuestras gentes y la diversidad de sus comportamientos en las provincias; Esta es una verdadera radiografía del país; Digamos que el presente escrito es la "cuota inicial" de una gran historia de la primera república.
Veremos como el calificativo de "Patria Boba" se lo endilgó por primera vez nuestro precursor don Antonio Nariño, quien también es el precursor en eso de hablar de peajes y cobros por el uso de vías y caminos, en mencionar a Jeremías Bentham, en ser el primer embajador de Venezuela en Colombia, en dar el primer golpe de Estado en compañía de don José María Carbonell, comenzar el envilecimiento de la moneda con la primera devaluación y dar el primer paso en el tráfico de armas en la Nueva Granada. Nuestro "Precursor" fue el precursor de muchas cosas en la historia colombiana, algunas muy buenas, otras bien discutibles.
Es la época en que algunas ciudades se destacaron por su importancia, pero, a su vez, comienzan la decadencia de la que nunca se han recuperado: Mompox, Pamplona, El Socorro, Popayán, incluso la misma Cartagena. Se produce la paradoja antioqueña: una región que pasó de la miseria a ser el mejor soporte económico de la independencia en el breve lapso de treinta años, gracias al hábil manejo y la disposición como gobernante del Oidor Juan Antonio Mon y Velarde y la "dictadura" del Momposino Juan del Corral. ¿Por qué decayeron estas ciudades?, Básicamente porque estaban sustentadas en un tipo de comercio artificial que obligaba a los negociantes a pasar obligatoriamente por ciertos sitios y cuando se terminó la prohibición, las corrientes comerciales tomaron otros rumbos para los que no se prepararon unas poblaciones que creyeron que su predominio sería eterno. Por ejemplo, una carta que fuera para Quito, no podía dar la vuelta por Panamá, hacer el trasbordo y seguir por mar, no, la obligaban a llegar a Cartagena, subir por el Magdalena y luego a pie por la vía Honda, La Plata, a Popayán por el páramo de Guanacas, Pasto, Ipiales, Ibarra y finalmente Quito a donde llegaban veinte meses después. Cartagena, es otro caso, al llegar la independencia que rompió con todos los esquemas jurídicos anteriores, debió vender sus cañones al peso metálico porque ya no se justificaban los enormes gastos de una fortaleza que dejó de ser una presa codiciada por nadie porque el paso era franco, no había barreras.
En este período se destacaron tres hombres: Nariño, Bolívar y Santander (respetando el orden de aparición en nuestra historia), los tres superlativos en todo: sus éxitos y sus fracasos, sus aciertos y sus errores, sus amores y sus odios, sus triunfos y derrotas, sus horas de gloria y de tristeza, pero que, por sobre todo, tienen que ser vistos y analizados con el frío prisma del tiempo; No todo fue en ellos categóricamente bueno o estructuralmente malo, tuvieron de lo uno y de lo otro y reseñarlos en todas sus facetas no debieran convertir al autor en enemigo del personaje o ser denostado por cualquiera con el "INRI" de anti-alguien.
En este período de tiempo se producen hechos económicos que son fundamentales para comprender nuestra historia, como son: La discusión sobre la reforma agraria, la primera devaluación, el comercio de armas, el impuesto al patrimonio y a las herencias, el comienzo del endeudamiento interno y externo, el déficit fiscal, la creación del primer sistema monetario nacional y la ley de pensiones como comienzo de la seguridad social, el cobro de peajes y el fomento a la inmigración.
También los hechos políticos son básicos en nuestro discurrir histórico: La revolucionaria de San Victorino, el primer golpe de Estado; Las guerras civiles que enfrentaron a Antioquia con Zaragoza, a Cartagena con Mompox y con Santa Marta, a Santafé con Tunja, El Socorro, Honda, Popayán y Pasto, a Popayán contra Pasto y Neiva; El primer triunfo de las armas patriotas contra España y los enfrentamientos contra las tropas del Rey por toda nuestra geografía, excluyendo, quizás como única región, a Antioquia, que durante cien años supo mantener en paz la región y llevar la guerra al exterior del departamento; Las primeras denominaciones partidistas: Congresionales y Regentistas, Carracos y Pateadores, Centralistas y Federalistas; La manumisión de los esclavos; El primer tratado internacional que se firma con Venezuela y es el origen del Uti Possidetis Juris; El indulto político; Los conflictos entre la Iglesia y el Estado en las peleas con Sacristán, el magistral Rosillo y el cisma de El Socorro, el cisma de los Dominicos y la expulsión de Lasso de la Vega; La mención de importantes temas en nuestras constituciones como la compra de votos, la revocatoria del mandato, la extradición de delincuentes, la segunda vuelta electoral, la intervención estatal, los inventos y la propiedad intelectual, la creación de figuras como la procuraduría y la vicepresidencia.
Además, del papel jugado por ciertos personajes endiosados por nuestros historiadores y que resultaron con sus pies de barro, por decir lo menos, como es el caso de don Vicente Azuero o de ese gris personaje que fue el General Domingo Caicedo Santamaría.
Son todas consideraciones que dicen muchísimo de la calidad de circunstancias que rodearon la creación de esta primera república en la entonces Nueva Granada, Hoy Colombia, y que merecen un estudio dedicado, a fondo, de lo que sin duda es el más importante origen de nuestra institucionalidad.
Al comienzo se hace una relación para ubicar el país en el contexto mundial y latinoamericano, para que, a la par con los acontecimientos ocurridos en la Nueva Granada, se tenga una referencia sobre los hechos que estaban acaeciendo en España y los países de Hispanoamérica y cuales eran los antecedentes más importantes de la emancipación. Lo que permitirá un mejor entendimiento sobre todos los sucesos y la interrelación establecida, como por un sistema de vasos comunicantes, con todos los demás entes territoriales dominados por España.
Queda una investigación pendiente: ¿Cuál fue el papel que los herederos y relacionados familiarmente con don Jorge Miguel Lozano de Peralta, "Marqués de San Jorge", jugaron en la revolución de independencia, cómo movieron sus cartas y defendieron sus intereses, especialmente en Cundinamarca? O algunas preguntas: ¿Por qué se escondió Caldas el 20 de julio de 1810?, ¿Cómo se salvó del paredón "Pacificador" José Fernández Madrid?, ¿Por qué se devolvió Baraya del camino a Pasto, después de someter a Popayán?, ¿Por qué se dejó engañar Nariño del Congreso Federalista al comenzar la campaña del sur?, ¿ Por qué fracasó Nariño en las goteras de Pasto?, ¿Qué impulsó a Libertador a guerrear en las filas federalistas cuando era un acérrimo centralista?. En fin, son dudas que se quedan para otra ronda.
No se puede finalizar esta presentación sin resaltar el papel de la mujer en todo este proceso, porque ellas fueron, como lo continúan siendo, factores fundamentales; Obsérvese con cuidado la cantidad de damas que pasan por este relato, relacionadas en el índice onomástico, y se podrá concluir, fácilmente, que su papel fue de primer orden; Por ello clama al cielo la necesidad de construir un gigantesco monumento a estas madres de la revolución, que son las madres de la patria